Menú de lujo en Ceibo con los vinos de Pelleriti
Privilegiada total. ¡Qué lindo trabajo que tengo!
Tuve el honor de ser invitada a una cena en el restaurante Ceibo, una de de esas que no te podés perder y gracias a las cuáles me siento muy afortunada. No fue una cena más. Agradecí estar allí en ese momento.
La cocina a cargo del chef Mauricio García Hudon, y los vinos del consagrado enólogo Marcelo Pelleriti, que en persona presentó sus creaciones.
También tuve la suerte de compartir la mesa con el sommelier Martín Krawczyk, a quien escucho siempre atentamente para aprender un poquito más sobre el fascinante mundo del vino. Y me encantó intercambiar opiniones con los otros comensales (sommeliers o estudiantes de EAS) con quienes charlamos a cerca de los vinos y estos maridajes.
Aquí te cuento el menú, y los vinos con los que pude deleitarme.
Arrancamos con paté de chivo en pan casero con oliva y dulce de tomate, con un Festivo Rosé 2014. Excelente combinación, aunque hubiera preferido menos cantidad de componentes dulces en ese plato.
Después vino una trucha con salsa de queso brie y vegetales salteados con miel, con un Petit Fleur Torrontés 2013. mi entender, hubiera quedado mejo con el Chardonnay que vendría después.
El siguiente paso fue Chivo al horno de barro con puré de papas, con un Lindaflor Chardonnay 2012. Y ahí quería más trucha!
Los menús de pasos suelen presentarse en raciones pequeñas. Y aunque creas por las fotos que morimos de hambre… pues no! al llegar el 4° paso generalmente estás satisfecho. Y si bien en este tipo de experiencias no se trata de salir con la panza llena, al final es inevitable.
El próximo plato fue Cordero al disco con vegetales y crema de malbec. Con Vallisto Malbec 2010 y petit Fleur Blend 2010.
Ya casi para terminar, una Bondiola de Jabalí ahumado con puré de camote y jenjibre. El plato que más me gustó. El vino fue un Marcelo Pelleriti Malbec Reserve 2010 (de un viñedo de 107 años). Aplausos!
Y el último paso, un postre… espectacular. Húmedo de chocolate con helado de cardamomo y un ganache de chocolate. Acompañó un Lindaflor Malbec 2009. A pesar de las opiniones en contra del maridaje del vino y el chocolate, este maridaje fue de lo mejor. Me encantó.
Como siempre digo, sobre gustos no hay nada escrito, y menos en gastronomía y vinos! Cada cual, que coma y beba lo que más le guste para ser feliz.
Si bien hubo algunos maridajes que me gustaron más que otros, lo que más me divierte es probar cada plato con cada vino, ir y venir, y con este juego descubrir las sensaciones que provocan las variadas combinaciones. Sigo aprendiendo, y me gusta.
Fue una cena para no olvidar, por la calidez de los anfitriones, la grata compañía de mis compañeros de mesa, y las palabras del enólogo, que entre otras cosas que mencionó me quedo con estas frases:
«Cuando se prueba un vino hay que hacerlo con respeto. Un vino no es un Picasso, pero el vino es un producto que tiene mucha historia. Los enólogos no somos artistas, ni Beethoven, ni Mozart, solo hacedores de vinos».
Gracias por la invitación a Mauricio y Eugenia de Ceibo, y a Marcelo de Bodega Monteviejo.
Este restaurante pertenece a las Rutas Gastronómicas de Mendoza