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Publicado por en Ago 21, 2017 en Destacado, News, Restaurantes | 0 comentarios

El nuevo restaurante de Bodega Renacer

El nuevo restaurante de Bodega Renacer

Almorzamos en este flamante restaurante donde el chef Sebastián Weigandt brilla y deja su impronta.

Unas semanas atrás las redes sociales explotaron de fotografías de Mendoza con nieve. Algunos fuimos la excepción y no publicamos nada. En mi caso, me estaba guardando esta bellísima postal para la tapa de esta nota, la vista desde el restaurante. Así arrancamos el gran almuerzo del fin de semana, calentitos en el salón, y felices con una vista fenomenal. Pero lo mejor estaba por venir.

No es novedad que el chef Sebastián Weigandt es uno de mis preferidos en Mendoza, y la verdad es que cada vez que puedo disfrutar de su cocina lo sigo reafirmando. Este cocinero es un apasionado, trabaja duro, y al final es lo que cuenta para que los resultados sean óptimos. Es por eso que recomiendo hoy este gran restaurante, que además de la vista y su premiado paisajismo, cuenta con un servicio de primer nivel a cargo de Leticia Fragapane, una de las responsables de este emprendimiento.

Si ya te dieron ganas de conocerlo y estás ansioso por leer lo que viene, es importante que tengas en cuenta que este restaurante abre al mediodía, todos los días, y con un menú fijo con maridaje, y carta abierta por si preferís otras opciones. Si estás apurado porque estás de paso hacia otra bodega, o tenés un encuentro de trabajo, hay algunos platitos que salen rápido como una ensalada o una picada. O si solamente querés optar por una degustación de vinos, podés hacer un «wine flight» sin necesidad de quedarte a comer (además los vinos se pueden pedir por copa). Otra opción puede ser «diseñar tu propio menú» eligiendo tres platos con tres copas de vinos.

Apenas llegamos nos explicaron en detalle la propuesta, y enseguida nos trajeron una panera completísima con un rico oliva para ir picando algo hasta que llegaran los platos.

 

 

Primer paso

Un huevo a baja temperatura con cebollas y una galleta de orégano. Con un Punto Final Reserva Chardonnay 2015. Bajo esa capa que se ve en la foto de cebollas «secas» está la yema cremosa, que por supuesto no pude dejar de acompañar con un pedacito de pan (además de la galleta).

 

Segundo paso – SÚPER DESTACADO

El plato que más me gustó. Una trucha, fresca, riquísima, acompañada por tres tipos de quínoa muy diferenciados, y con tres cítricos, limón, pomelo y naranja. Equilibrado, sabroso, muy bien presentado. No podría haber estado mejor. Acompañamos en este caso con un Punto Final Sauvignon Blanc 2016, vino de uvas chilenas elaborado en el vecino país, y etiquetado en Mendoza. Para el aplauso.

 

Tercer paso

Un pulpo cocido por 36 horas, muy tierno, con diferentes texturas de maíz: un polvo, una crema y algunos granos crocantes. El detalle: unas gotas de salsa de pimiento rojo, que justifica el maridaje. En este caso un Punto Final Reserva Cabernet Franc 2015.

 

Cuarto paso

Una costilla cocida al vacío por 24 horas: tierna, sabrosa, jugosa. Con verduras al rescoldo hechos en una caja de hierro. Este plato acompañado por un Punto Final Reserva Malbec 2015. Carne y malbec, los íconos argentinos. El chef personalmente se acercó a la mesa para montar este plato. Incluyó una ensalada fresca y algunas salsitas, que luego de servir nos las dejó por si queríamos agregar más.

 

Quinto paso

Un pre postre de cítricos: crema helada de naranja, con una naranja asada y una «leche» (o salsa) de limón.

 

Sexto paso

¡Súper chocolate! Y almendra. Una crema para deleitarse (que me recordó al Nutella, de avellanas), con unas galletas o «papeles» crocantes, y una «tierra» de chocolate. Con un Renacer Milamore 2015.

Finalizamos con un té y unos petit fours a elección, tentador y un mimo para antes de partir.

Los vinos: Chardonnay, Sauvignon Blanc, Cabernet Franc, Malbec y un blend elaborado al estilo italiano con uvas deshidratadas.

 

Lo que más me gustó
Exquisita la comida. La exclusiva vajilla de cerámica diseñada a medida para el restaurante: rústica, colorida y muy original. Y en todos los pasos colocaron una cuchara, el cubierto ideal para no perderse de nada en cada plato (consejo de un gran crítico gastronómico amigo: siempre que se pueda hay que usar la cuchara)

Lo que menos me gustó
La acústica, con el salón con mucha gente puede ser un poco bullicioso. Y falta algún detalle decorativo que le de más calidez al espacio.

La propuesta gastronómica es en base a productos chilenos e italianos (que habla del origen de los propietarios de la bodega), pero las técnicas y recetas son principalmente argentinas. Y según mi opinión, es el mix ideal de cocina regional argentina con algunas técnicas de vanguardia, unos toques de autor, y una presentación súper cuidada. No hay aires ni espumas, ni «cosas raras», pero sí cocción al vacío y a baja temperatura, «tierras», «polvos» y «papeles». Rico, divertido y suculento. Me encantó.

¿Para volver? ¡Por supuesto! No te vas a arrepentir.

 

Resumen de bolsillo
Bodega Renacer

. Brandsen 1863, 5507 Luján de Cuyo, Mendoza
. Tel. 0261 5244416
. Costo del menú degustación maridado de 6 pasos: $1.030.- Menú de 3 pasos maridado $850.- (julio 2017)
. Forma de pago: efectivo y tarjetas
. Opciones vegetarianas y para celíacos
. Menú degustación y carta abierta
. Estacionamiento
. Seguridad
. Menú infantil $190.- (julio 2017)
. Chef: Sebastián Weigandt

Esta reseña es independiente para Food Lovers MDZol, los restaurantes y/o bares no pagan por aparecer en este espacio. En este caso fui invitada por la casa y como suelo hacer, dejé propina (los mozos no tienen la culpa de que los jefes inviten).

¿Más recomendaciones? Seguime en Twitter! @aliciasistero
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