¿Vos también sos tan fan de los turrones como yo?
Llegan las fiestas de fin de año, y a contra temporada en esta parte del planeta comemos más turrones que nunca. Aquí les cuento mi afición por este tradicional producto, y dónde pueden conseguir los más ricos turrones artesanales made in Argentina.
Hace un par de años me hicieron una entrevista para una publicación de negocios. Una de las preguntas me pareció divertida, pero difícil de responder. Estaba referida a qué elegiría comer el resto de mi vida si fuera lo único que tuviera a mi alcance en una isla desierta. Primero pensé que ante esa situación moriría, ya que no imaginaba sobrevivir con semejante monotonía. Más allá de la deficiencia nutricional ¡qué aburrido!. Y más aún para una periodista gastronómica tan acostumbrada a la diversidad. Entonces pensé: si voy a morir pronto, que sea feliz.
Repasando en mi mente los alimentos que más placer me dan para poder hacer tan jugada elección, encontré varios, pero me sorprendí de mí misma al ver que eran dulces, a pesar de que habitualmente prefiero lo salado. Finalmente di la respuesta: serán turrones. Me jugué al plural pretendiendo que el encargado de hacer valer esa hipotética sentencia lo dejaría pasar, y no me condenaría a comer el mismo tipo de turrón para siempre. Y mientas el reportero reía ante mi respuesta, yo mezclaba recuerdos de cuando visité las tiendas exclusivas de turrones en Madrid, o de los festejos familiares del 24 y 31 de diciembre en mi infancia, en donde no faltaba el Mantecol. Imaginaba un untuoso turrón blando de Jijona, una torta de almendras, otro con frutas abrillantadas, uno de caramelo al estilo árabe, otro de chocolate, y hasta el menospreciado y económico Misky o Arcor de maní. Al mismo tiempo que seguía pensando mis últimos días rodeada de calóricos dulces crocantes, con frutos secos, y avainillados almíbares y merengues, sonreía y aprobaba con mi cabeza la buena elección para el tramo final de mi vida como si fuera una psicópata condenada a una placentera muerte.
Durante la pandemia, descubrí una marca de la provincia de Buenos Aires, La Simona, que elabora turrones artesanales de autor desde 2013. Es decir que a las recetas tradicionales, le ponen su toque personal. Los probé, y morí (de placer). Los que ofrecen son de tipo Alicante, con 60% de almendras tostadas. Utilizan para su elaboración almendras sleccionadas manualmente, y miel de productores de Daireaux (mismo lugar del que proceden los turrones). Son redondos, tipo «torta de almendras», de 150 g, y vienen con opción de estuche de regalo. Expresan bien marcadas las notas de almendras tostadas y la intensidad del caramelo crocante de miel.
La Simona comenzó de la mano de Marcos Radnic, un ingeniero agrónomo fanático de los turrones de Alicante. Ante la dificultad de conseguir este tipo de producto en Argentina, decidió investigar y desarrollarlos localmente. Comenzó con una olla y un revolvedor casero, buscando una receta que lo identificara. La materia prima la obtuvo de un monte de almendros plantado por su padre en principio, aunque ahora acude a otras zonas de nuestro país para obtenerla, ya que el crecimiento de la producción así lo requiere. En 2017 se sumó al proyecto Daniela Bonomo, novia de Marcos, pastelera profesional y fanática también de este noble producto.
¿Te quedaste con ganas de más?
Si te tentaste con los turrones de La Simona, y te dieron ganas de probarlos, podés explorar en www.lasimona.com.ar y comprar en la tienda online, y si vivís en Argentina te los envían a domicilio. También se consiguen en algunos almacenes gourmet y vinotecas. Para más info, podés visitar su cuenta de Instagram: @lasimonaturronesdeautor o escribirles por mail a lasimonaturronesdeautor@gmail.com