Dumplings, neón y té: qué esperar de una cena en Hong Kong Style
La comida puede transportarte, pero en Hong Kong Style el viaje empieza apenas cruzás la puerta: neón vibrante, carteles en chino y un ambiente que parece sacado de una película de Bruce Lee. Todo está listo para la acción. La pregunta es: ¿la comida tiene el mismo impacto?
Fui con mi amiga Silvi, mi eterna compañera de aventuras gastronómicas, en una escapada a Buenos Aires por trabajo. Hacía rato que quería ir, pero el horario nocturno de HKS y mi agenda siempre me lo impedían. Esta vez no hubo excusas. Reservamos, llegamos y nos recibió Francisco Acuña, jefe de salón y sommelier, quien no solo nos atendió con dedicación sino que también eligió los vinos perfectos para cada plato.
Ambiente: una postal de Hong Kong con un guiño cinematográfico
El restaurante tiene varias zonas: un salón en planta baja, otro en el primer piso y una terraza para quienes prefieren cenar al aire libre. Pero el interior es donde se juega la magia. Rojo intenso, negro profundo, dorado en los detalles y lámparas que emiten una luz cálida que te sumergen en la escena. Si Tarantino filmara en Buenos Aires, quizás elegiría este lugar.
La decoración mezcla elementos tradicionales chinos con referencias pop. Carteles en mandarín iluminados, afiches de películas de Jackie Chan y Bruce Lee, y una barra donde descansan botellas de sake y tés especiales. Todo te prepara para lo que viene: un festín de sabores bien ejecutados, sin pretensiones pero con mucho carácter.

La carta es amplia pero está curada con inteligencia. No hay platos de más ni demasiadas concesiones para el paladar occidentalizado. Es cocina china sin filtros, con sabores intensos, salsas equilibradas y una ejecución impecable.
Fuimos por un menú degustación improvisado, guiadas por Francisco
Arrancamos con los pancitos fritos con carbón activado, un bocado crujiente por fuera, esponjoso por dentro y con un ligero toque ahumado. Venían acompañados por una ensalada de pepinos con aceite de sésamo y ajo, más dos salsas que elevaban la experiencia: una de soja casera con ajo y vinagre blanco, y un picante intenso que pegaba fuerte pero desaparecía sin opacar el resto.
Seguimos con los cigarritos de camarón, un arrolladito bien crocante, relleno con 60% de camarón y 20% de cerdo, con un toque de nira (una hierba entre cebollín y ajo) y una salsa Thai cítrica y especiada. Un bocado para comer con la mano, untar en la salsa y dejarse llevar.

Después llegó el Jiao Zi de cerdo, unos dumplings jugosos, servidos sobre una salsa de chiles y sésamo, y acompañados con un curry de maní y ajo que aportaba profundidad y un leve dulzor.
Uno de los platos más contundentes de la noche fue el lomo a la pimienta HK Style: trozos de lomo bien dorados, cubiertos con una salsa intensa de pimienta negra y chips de ajo, servidos sobre un colchón de arroz blanco con mayo de wasabi. Un plato que jugaba entre el umami, la cremosidad y un picante persistente pero amigable.
El plato principal nos llevó a Taiwán: unos baos de osobuco estofado con pimientas, chile y anís estrellado, terminado con pickles de hinojo y cebolla morada. Un equilibrio entre dulzura, frescura y ese umami envolvente que te hace querer más.
Para el cierre, flan de sésamo negro con caramelo de mascabo y crema de licor chino de rosas. No es un postre para todos, es atípico, sobre todo en nuestra cultura occidental. Si te gustan los postres que no empalagan, este es el indicado.

Experiencia y servicio: detalles que hacen la diferencia
Más allá de la comida, que nos gustó mucho, destaco la pasión con la que explican cada plato. No te dejan con dudas. Francisco se toma el tiempo para describir ingredientes, técnicas y recomendaciones de maridaje. Y eso hace que cada bocado se disfrute más. Se nota que hay conocimiento y amor por lo que hacen. Además, tienen una buena selección de vinos y tés fríos, algo que suma cuando querés salir de los clásicos maridajes.

¿Volvería? Definitivamente sí. De hecho, lo intentaré para poder charlar con Walter Lui, su adorable chef. Hong Kong Style es ese lugar que te hace sentir en otro mundo sin salir de Buenos Aires. Si te gusta la comida oriental real, con sabores potentes y sin filtros, este es un destino obligatorio. No es solo un restaurante: es un viaje, un homenaje al cine de Hong Kong y una oda al buen comer.
Ahora la pregunta es: ¿ya estás pensando en reservar? Si te tenté, cumplí mi misión.
Hong Kong Style
Dirección: Montañeses 2574, Barrio Chino, Belgrano, Buenos Aires
Horarios: Martes a sábado, de 20:00 a 23:30
Reservas: Hong Kong Style en Meitre
Precios (marzo 2025): Platos principales entre $30.000 y $40.000, platitos entre $13.000 y $20.000, postres cerca de los $12.000, copa de vino entre $8.000 y $17.000.
Instagram: @hongkongstyleba
Chef: Walter Lui (@walterlui)
Opciones vegetarianas y veganas
Wine-friendly: Buena selección de vinos, opción por copa.