Gastronomía, romance y ciencia ficción: una película para foodies melancólicos
Perfect Sense, o «El fin de los sentidos» es una película de 2011, pero más vigente que nunca. Su director es David Mackenzie, y los protagonistas son el actor inglés Ewan McGregor (Trainspotting) y la francesa Eva Green (una «chica Bond»). La ví hace unos años, y la volví a ver durante 2020 en plena cuarentena.
Es una historia del fin del mundo, pero mostrada de manera diferente, con un tono poético. Es fuerte, profunda y melancólica. Perfectamente podría ser una historia real, sobre todo en estos tiempos en los que nos toca vivir tan de cerca una pandemia. Si el espectador logra compenetrarse, es probable que la angustia le dure por varios días. (después no digas que no lo advertí).
El protagonista es un prestigioso chef de un restaurante de alta cocina, que le va bien en su trabajo, pero muy mal con su vida personal. Ella, es una médica epidemiológica, y su casa está justo enfrente del restaurante donde trabaja el chef. Allí se conocen y comienzan un romance. Ambos tienen un pasado triste y turbulento.
Comienzan a aparecer casos de una extraña enfermedad con la que los pacientes van perdiendo los sentidos. Primero el olfato, y sucesivamente uno y otro, alternadamente con diversos estados emocionales profundos como ira, melancolía, pasión o tristeza. Se recuperan temporalmente, para luego repetir el ciclo y perder otro sentido. Los enfermos se multiplican en diferentes lugares del mundo.
No hay vacunas, y el mundo entra en caos. Los protagonistas son parte de este desorden y comienzan a sentir los síntomas mientras viven un romance. Pasan de un estado a otro, viendo la vida y a su pareja de modo diferente de acuerdo a la etapa de la enfermedad que viven. Cada uno además vivencia estos cambios en sus ámbitos laborales, la cocina del restaurante y el hospital respectivamente. De una relación casual, pasan al amor profundo y el deseo de acompañarse en este caótico escenario apocalíptico.
El chef, y todo su equipo de cocina atraviesan por una crisis al perder los sentidos, herramientas sumamente importantes en la profesión. Tienen que reinventar los platos pensados sin olfato y sin gusto, para lograr algún impacto en los comensales, también carentes de sentidos.
Una película para los que disfrutan de pensamientos profundos sobre la vida y la muerte, sobre el amor y las relaciones humanas en situaciones extremas.
Se puede ver en Amazon, en Filmin, o Prime.
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